El Tribunal de Justicia de la UE prohibió ayer cualquier procedimiento científico destinado a obtener células madre que implique la destrucción del embrión. Los científicos temen que la sentencia suponga un freno a sus trabajos y acabe trasladando a otros países las prometedoras investigaciones con células madre.

La Corte de Luxemburgo, máxima autoridad de la justicia europea, debía pronunciarse sobre un litigio que enfrentaba a un científico de la Universidad de Bremen (Alemania), Olivier Brüstle, con la organización Greenpeace por la validez de una patente para obtener células nerviosas a partir de células madre extraídas de embriones humanos en el estadio de blastocisto (4 o 5 días después de la fecundación).

La sentencia da la razón al demandante ecologista porque el procedimiento de Brüstle, cuyo objetivo era investigar tratamientos para enfermedades neurológicas, "estaría violando la protección de la dignidad humana".

En cambio, dice el tribunal, la utilización de embriones "con fines terapéuticos o de diagnóstico que es útil al embrión puede ser objeto de patente". Serían, por ejemplo, las técnicas de diagnóstico preimplantacional que frenen una malformación.