Rusia se ha tomado muy en serio las posibilidades de explotar la costa del Artico y hasta el mismísimo polo norte, donde años atrás plantó una bandera submarina, aprovechando las facilidades que le está brindado el cambio climático: sin hielo durante varios meses al año, los enormes campos de petróleo y gas natural son más accesibles y la navegación de grandes petroleros no se detiene en la ruta, alternativa a Suez, que comunica Asia con Europa pasando por los mares de Bering y Barents. Y así lo ha confirmado aplacando sin contemplaciones las acciones contrarias a la explotación del Artico que Greenpeace ha realizado por la zona durante el último mes. El barco ecologista Arctic Sunrise permanece retenido en el puerto de Múrmansk.

Según estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos, el Artico ruso posee el 25% de las reservas mundiales aún no descubiertas de gas natural y el 5% de las de petróleo. Los territorios más apetitosos son los mares de Kara y Barents, especialmente las plataformas continentales cercanas a la costa, donde la profundidad es menor y las temperaturas son menos severas, lo que equivale a más meses de operación y más facilidades para instalar infraestructuras. Las pretensiones de Rusia van incluso más allá de las 200 millas náuticas (370 kilómetros) que marcan las aguas jurisdiccionales.

Desde los años 90

Rusia explota diversos campos de hidrocarburos desde los años 90, como Prirazlomnoye, Severi-Kildinskoye o Rusanovskoye, pero las nuevas condiciones climáticas están acelerando la búsqueda de petróleo y gas en aguas más inhóspitas, como Shtokman, situado a 600 kilómetros del puerto de Múrmansk y a una profundidad de 400 metros.

La ausencia de hielo en el paso del Noreste, aunque por ahora dure apenas un mes, ha renovado la esperanza de los decrépitos puertos de Tiksi o Dikson, que para los rusos son una especie de última frontera. También ha dado nuevos bríos a las islas de Nueva Siberia, en la república Saja (Yakutia), que próximamente recuperará una vieja instalación militar, como ha anunciado esta semana Vladimir Putin.

El objetivo de construir nuevas infraestructuras es garantizar la seguridad de los buques a lo largo de la ruta del Norte. "Nuestros militares se fueron en 1993 de Nueva Siberia, que es un lugar muy importante en el océano", lamentó el presidente.

Si se cumplen las previsiones, el aeródromo que se encuentra en el archipiélago podrá recibir aviones y helicópteros a partir del 1 de octubre. Además, se construirá un embarcadero y se instalarán un punto de comunicación espacial y un centro médico.