Si usted está cenando con su familia y mira inmediatamente el móvil cuando le entra un wasap. Si pasa más tiempo en el parque, pendiente del teléfono que de jugar con sus hijos. O si, durante el fin de semana, no es capaz de desconectar un rato, probablemente se encuentre entre el grupo de padres que hacen un uso excesivo de la tecnología y no son un buen ejemplo para sus descendientes. Son uno de cada tres, según la mayor encuesta llevada a cabo sobre la materia; un estudio que concluye que los progenitores están más enganchados a las tecnologías que sus hijos.