Uno de cada tres estudiantes de la ESO (de 12 a 16 años) reconoce haber agredido físicamente a otro compañero y la mitad de los alumnos admite haber dicho palabras ofensivas a alguien.

Este es el panorama que refleja Save the Children en su informe 'Yo a eso no juego. Bullying y ciberbullying en la infancia' para cuya elaboración ha entrevistado a casi 21.500 estudiantes con el fin de analizar esta lacra tanto desde el punto de vista de la víctima como del acosador y de plantear soluciones.

NO SABEN POR QUÉ

La mayoría de los agresores asegura que "no sabe por qué" lo hace y la segunda respuesta más común es que lo hace para "gastar una broma".

Con estos datos Save the Children alerta de que "la violencia está presente en el entorno escolar y que "el acoso y el ciberacoso son formas de violencia entre iguales que muchas veces quedan invisibilizadas".

La coordinadora del informe, Ana Sastre, ha explicado que víctimas y acosadores tienen rasgos de personalidad compartidos, como la baja autoestima y pocas habilidades de comunicación, y ha defendido la necesidad de ayudar a ambos. "Para ello es necesario la formación de los profesores, padres y niños y crear espacios de convivencia donde el niño tenga la posibilidad de hablar".

ELLAS; MÁS ACOSADAS Y MÁS ACOSADORAS

"Las chicas son más acosadas y menos acosadoras, por lo que es necesario un enfoque de género", ha dicho Sastre. Un 8,5 % han sufrido acoso (frente a un 5,3 % de chicos), y un 10,6 % ciberacoso(un 8 % de chicos).

Hay más acoso entre los más jóvenes, con más víctimas de acoso y ciberacoso entre los estudiantes de primer ciclo de la ESO que entre los de segundo ciclo.

En cuanto a diferencias entre comunidades autónomas, Andalucía, Murcia, Melilla e Islas Baleares, superan la media estatal del promedio de niños que han sufrido acoso o ciberacoso o que reconocen haber acosado o ciberacosado a alguien.

Al ser preguntada por las razones que justifican estas diferencias entre CCAA, la coordinadora del informe ha dicho que no las saben pero ha asegurado que trabajarán con las administraciones educativas para averiguarlo.

Entre las propuestas, Save the Children propone que se aprueben protocolos de actuación que impliquen a toda la comunidad educativa. "A veces el acosado y el acosador son de distintos centros", por lo que tiene que haber cauces para poder trabajar entre ellos.

"Es importante definir el acoso como una forma de violencia y eso exige que el Gobierno intente acabar con ella" a través de una estrategia y de la aprobación de una ley específica de protección de los menores contra este tipo de violencia.