Facebook y otras redes sociales como Tuenti y MySpace se han convertido en un fenómeno de tal magnitud que cada poco tiempo se publica un estudio sobre los efectos que conlleva tener un perfil en una de estas webs. A todo este batiburrillo de informes contradictorios --las redes sociales, utilizadas por el 83% de los jóvenes españoles, son buenas, son malas, ayudan o perjudican a entablar relaciones, sostienen los distintos trabajos-- se sumó ayer uno nuevo que confirma los peores temores de algunos padres y profesores: los usuarios de Facebook obtienen peores calificaciones en sus estudios que quienes no lo son.

219 ALUMNOS Adam Duberstein y Aryun Karpinski, de las universidades de Ohio State y Ohio Dominican, respectivamente, entrevistaron a 219 estudiantes de sus centros y llegaron a la siguiente conclusión: quienes contaban con un perfil en la red social más popular del planeta --ya hay más de 200 millones de usuarios en Facebook-- sacaban un promedio de entre 3 y 3,5 puntos sobre un máximo de 5, mientras que quienes dieron la espalda al que se ha dado en llamar el quinto país más poblado del planeta, entre Indonesia y Brasil, obtuvieron de 3,5 a 4 puntos. ¿Son peores alumnos porque están en Facebook o están en Facebook porque son peores alumnos? Karpinski, que se interesó en el asunto al ver cómo sus estudiantes de la Facultad de Psicología pasaban más tiempo actualizando sus perfiles que atendiendo a lo que ella decía, confiesa no saberlo. "Nuestro trabajo muestra que quienes invierten más tiempo en Facebook estudian menos --explicó--. Hay una relación entre ambos factores, pero quizá los usuarios de esta red son más propensos a la distracción". Tras conocer los resultados del trabajo de Karpinski y Duberstein, Pablo Díaz, estudiante de Enfermería de la Universidad de Alicante, dijo que estos eran "absurdos".

Como el 79% de los usuarios de Facebook entrevistados para el estudio, sostiene que la red social no ha comportado ningún impacto en su trabajo. Sin embargo, también está el caso de Germán Esquembre, de la misma universidad. El mes pasado, mientras trataba de escribir un trabajo, decidió despedirse de su perfil. "No podía concentrarme --explicó--. Quería conectarme todo el tiempo para ver si alguno de mis amigos había escrito o colgado fotos. Antes de darme cuenta, los dos minutos planificados se habían convertido en bastante más de una hora".

CONSECUENCIAS EMOCIONALES La Universidad del Sur de California, que se detiene en las consecuencias emocionales de quienes tienen una cuenta en la red social, también ha realizado otro estudio que asegura que la avalancha de información personal puede afectar sustancialmente al desarrollo de la comprensión, la compasión o la admiración.