Siete años y medio de prisión. Esta es la condena que aceptó ayer Javier T. M. por encargar el asesinato de su expareja a través de una carta enviada a un preso de la cárcel de Quatre Camins, en La Roca del Vallès. El juicio que se celebró en la Audiencia de Barcelona duró una media hora. Lo justo para que el acusado reconociera que había escrito la carta al recluso para que buscara a unos matones, que la mujer confirmara que había sido objeto antes de episodios de violencia doméstica y que otros testigos recordaran el suceso.

El procesado mantuvo una relación sentimental con la víctima durante tres años y medio y tienen un hijo. En mayo del 2009, la pareja se separó a causa de un acto agresivo por el que Javier T. M. fue condenado por amenazas y lesiones en el ámbito familiar. Desde la ruptura, el acusado culpó a su mujer de haberle abandonado y dejado sin nada. La fiscalía, que rebajó casi a la mitad su petición de pena, sostiene que le deseaba "firmemente la muerte".

Movido por la ira, escribió la carta en febrero del 2010. Iba dirigida un primo, encarcelado en Quatre Camins. Le pedía el favor de que mandara a alguien a matar a "esta hija de puta" y le proporcionaba datos para localizarla, como fotos de ella, de su coche, de la matrícula de este y de la furgoneta de su padre. El acusado se ofrecía a satisfacer la cantidad de dinero necesaria para que se cumpliera con el encargo. La carta fue interceptada por un funcionario cuando el preso fue trasladado a otra cárcel. El recluso declaró ayer en el juicio que no le había dado tiempo de leer la carta de su pariente. La exmujer insistió en que las amenazas eran reiteradas.