Una de las protagonistas del festival Cow Parade, la vaca Albertina Pinturina, fue robada la madrugada del pasado domingo de la plaza de Lavapiés por un grupo de jóvenes que la llevó a un quinto piso de la calle Canarias, donde ha sido recuperada por los organizadores y la Policía.

Según han informado hoy los organizadores, Albertina Pinturina, diseñada por Nuria F. Gamboa con numerosos colores y caminos que atraviesan su cuerpo, fue "raptada" por seis jóvenes que desatornillaron su base, de unos 400 kilos de peso, y la levantaron.

Entonces la llevaron hasta su vivienda, situada en un quinto piso sin ascensor de la cercana calle Canarias, pero fueron vistos por un vecino, que decidió seguir a los jóvenes y avisó a la Policía.

Ayer domingo, un responsable de organización de Cow Parade y una dotación policial acudieron a la vivienda y la recuperaron.

La vaca ha vuelto a ser colocada hoy en la plaza de Lavapiés, ya que no presentaba daños de consideración.

Los organizadores han explicado que "hay que tener mucha maña" para desatornillar una de estas vacas, y que su "desaparición" no es habitual.

Sí es habitual en cambio que los animales expuestos sufran daños por parte de "vándalos" que les amputan miembros o les pintan grafitis.

Desde que la exposición invadió Madrid el pasado día 16 han sufrido daños unas diez vacas, entre ellas Milk on the Rocks, situada en la plaza de Cibeles, a la que han roto una gran pajita que lucía.

Los organizadores ya tienen previstos estos "percances" y, como ya habían anunciado, la próxima semana se inaugurará el "Hospital de Vacas" en el hospital universitario Niño Jesús, donde serán "curadas de sus heridas".

Allí se instalará un taller de restauración y, además, se llevarán a cabo actividades con los niños ingresados, que podrán pintar y divertirse "a la vez que se les involucra con Cow Parade".

Cow Parade es una muestra integrada por 105 vacas que estarán en diferentes calles de Madrid hasta el próximo 21 de marzo, tras recorrer desde 1988 un total de 50 ciudades de todo el mundo.

Al final de la exposición, las vacas más afortunadas cambiarán su lugar de residencia tras ser subastadas para recaudar dinero con fines humanitarios.