TEtn la televisión portuguesa había un humorista que imitaba a los españoles diciendo constantemente la palabra vale . Luego fui reparando y me di cuenta de que, quizá inconscientemente, nuestras conversaciones están plagadas de esas cuatro letras, que ya han perdido por completo el sentido latino que exhortaba a cuidarnos en salud, y que se usaba como colofón de todas las cartas. Hoy sirve para todo. Los padres lo usan de forma intermitente y remarcando la primera sílaba cuando sus hijos pequeños no dejan de joder con la pelota, como diría Serrat . Una señora en el tren respondió catorce veces con la palabrita a una llamada en su móvil. Incluso los llamados Reyes Magos también han empezado a abusar de la expresión y dejan sobres en cuyo interior se puede leer algo tan prosaico como vale por un jersey . Así que las tiendas se han llenado este fin de semana de quienes querían convertir el cartoncito o la tarjeta de regalo en una prenda de abrigo de lana. Más gente que nunca, menos personal para atender y los mismos precios de siempre, lo que implica que alguien se debe de estar aprovechando de la coyuntura para aumentar sus beneficios. De regreso a casa veo que CNN+ se ha convertido en un escaparate de niñatos, y que en casi todas las cadenas hay unos cuantos fascistas detrás de unas mesas diciendo sin complejos cosas que avergonzarían al mismísimo Francisco Franco . Así que he cogido el mando a distancia y he eliminado un montón de canales de la TDT, incluyendo a Telecinco, atendiendo a las recomendaciones de la Organización Mundial para la Salud Mental. También yo tenía derecho a decir basta. ¿Vale?