La orden de los Jesuitas de la provincia de España ha enviado este lunes una carta a los hermanos Jordi y Oriol de la Mata, que a principios de marzo, a través de una entrevista publicada por EL PERIÓDICO, relataron que habían sufrido abusos sexuales durante su escolarización en el colegio Sant Ignasi de Sarrià de Barcelona. Ocho meses más tarde, el Vaticano y el propio sacerdote Pere Sala -el pederasta que abusó de ellos- han hecho público que los hermanos de la Mata dijeron la verdad.

Aquella denuncia pública del mes de marzo dio pie a una investigación interna que acabó tutelada por la Doctrina de la Fe, órgano del Vaticano encargado de los abusos a menores, y que ha resuelto que el sacerdote Pere Sala, de 95 años de edad actualmente, debe ser apartado de todo contacto con menores. También le prohíbe celebrar ningún tipo de sacramento, realizar actividades apostólicas en público ni ausentarse de su comunidad sin permiso de su superior. Tras la noticia de este diario, los jesuitas ya tomaron medidas cautelares que, de este modo, pasan a ser firmes.

La carta enviada por los jesuitas a los hermanos de la Mata incluía un mensaje especialmente relevante para los dos exalumnos del Sant Ignasi: una disculpa por escrito del padre Sala.

Cuarenta años después de que con sus abusos arruinara la vida de Jordi y Oriol y destrozara a toda la familia de la Mata, Sala les escribe para pedirles "perdón" por los "momentos" en que su "conducta" fue "impropia" de un "jesuita y un educador" y que afectaron "negativamente" a sus vidas.

Con esta investigación y la carta, se confirma que los hermanos de la Mata no mintieron y que, tal como el propio sacerdote ha acabado reconociendo, abusó de ellos de forma reiterada.

La gravedad de los abusos ha hecho que la Doctrina de la Fe haya pasado por alto que estos también habían prescrito para la ley canónica, que dictamina que cuando se cumplen más de 20 años de la mayoría de edad de la víctima esta ya no puede denunciar.