Hay en estos momentos en el Vaticano un grupo de religiosos que estudia, valora y gradúa cuán ofendido está Dios con las agresiones contra el medio ambiente. Poco se sabe sobre este futuro documento, pero el presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el cardenal Renato Raffaele Martino, hizo un pequeño esbozo de él en una entrevista publicada ayer en el diario italiano Il Messagero. Todo atentado medioambiental, explica Martino, supone "un insulto a Dios".

Sin embargo, para el cardenal hay agresiones y agresiones. Nada dice sobre la destrucción del litoral por parte de políticos, constructores y promotores inmobiliarios, que vendría ser el atentado medioambiental más común en España --con mayor número de pecadores en el país--, pero ofrece ejemplos urbanos y selváticos, muy distintos en sus consecuencias. Así, tirar una bolsa de basura por la calle, dice Martino, se considera "pecado venial" --quien lo comete no rompe su relación con Dios, aunque la debilita--, mientras que todo aquel que acabe con el Amazonas será responsable de un "pecado grave", pues, "destruir ese gran pulmón verde supone dañar a toda la humanidad".