Desde ayer a las cinco de la tarde en el Vaticano hay dos papas, uno en activo y otro jubilado, como nunca había sucedido en la historia de la Iglesia católica. Al menos en convivencia pacífica, ya que en tiempos pasados hubo dos, tres e incluso cuatro papas, pero en guerra entre ellos, disputándose la sucesión de san Pedro. "Me parecen padre e hijo", dijo una señora que descendía de la cúpula de san Pedro, desde donde tomó unas fotos del encuentro entre los dos pontífices.

Joseph Ratzinger, que renunció el 28 de febrero, llegó desde la residencia papal en Castel Gandolfo. Francisco le esperaba en el monasterio Mater Ecclesiae, donde vivirá, un edificio de cuatro pisos.