Los cinco visitadores apostólicos o inspectores nombrados por el Vaticano para investigar a los Legionarios de Cristo Rey se reunirán a finales de mes en Roma con el secretario de Estado y otras autoridades de la cúpula de la Iglesia católica para exponer un balance y ofrecer indicaciones al Papa sobre cómo proceder. El nombramiento de un interventor, incluso ajeno a la institución fundada por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, parece por ahora la solución más probable para atajar el desbarajuste de una orden que adquirió mucha importancia durante el papado de Juan Pablo II, pero que Joseph Ratzinger no veía con buenos ojos.

No se conoce el contenido del voluminoso dosier realizado por los cinco obispos y arzobispos, entre ellos el de Valladolid, monseñor Ricardo Blázquez Pérez. La decisión del Papa podría consistir en nombrar a un comisario cardenal, externo a la institución, ya que tanto el sucesor de Maciel, Alvaro Corcuera, como el vicario general, Luis Garza Medina, siempre han declarado ignorar la doble vida del superior.

SILENCIO COMPRADO A Maciel se le ha probado despilfarro de dinero, un hijo y la compra del silencio de una parte de las jerarquías romanas con costosos regalos. Sin embargo, fuentes como el fiable semanario estadounidense National Catholic Reporter y numerosas denuncias presentadas al Vaticano han señalado también la existencia de otros hijos y abusos sobre menores y aspirantes a legionario de Cristo.

El 26 de marzo, acabada la inspección vaticana, en el portal del Regnum Cristi, el ala seglar de los Legionarios, apareció un documento en el que pedían perdón por los abusos de Maciel. Se especula con que el texto fue impuesto por el Vaticano.

El National Catholic Reporter ha explicado en dos largas entregas que los Legionarios construyeron un baluarte de apoyo en las altas esferas del Vaticano y cita al cardenal Angelo Sodano, exsecretario de Estado; a Stanislaw Dziwisz, exsecretario personal de Juan Pablo II; y al español Eduardo Martínez Somalo, ministro de Ordenes Religiosas hasta el 2004. Según el escrito, el cardenal Ratzinger, que recelaba de la importancia que estaban adquiriendo los movimientos en perjuicio de las órdenes religiosas tradicionales, rechazó siempre los regalos de Maciel.

TAPADAS CON PINTURA La crisis de la pederastia no ha hecho más popular precisamente al papa Benedicto XVI. En su casa natal, en Marktl (Alemania), aparecieron ayer pintadas obscenas relacionadas con los abusos dentro de la Iglesia católica. La policía bávara no quiso revelar el texto de las pintadas, descubiertas por una transeúnte. Las pintadas fueron tapadas con pintura poco después de que la mujer informase a la policía.