El Vaticano aprovechará que el 2009 ha sido declarado el año de la Astronomía para llevar a cabo un insólito ejercicio de autoflagelación. Exposiciones, encuentros de expertos y ediciones especiales honrarán la memoria de Galileo Galilei, el astrónomo condenado por la Iglesia por defender que la tierra gira entorno al Sol y que no ha sido rehabilitado hasta hace bien poco. La autocrítica no llegará, sin embargo, tan lejos como estaba previsto. El estado pontificio ha decidido abandonar, sin explicación alguna, la idea de erigir en su recinto una estatua del homenajeado. Las exposiciones y los debates pasarán, pero el monumento hubiera sido un recuerdo permanente a uno de los mayores errores de la historia de la Iglesia católica.

El Consejo Pontifical para la Cultura lanzó en marzo del año pasado el proyecto de levantar una estatua al astrónomo perseguido por la Inquisición. Casi un año después, los promotores disponían ya de maqueta y habían logrado el concurso de un patrocinador, pero ha llegado el veto.

La noticia la avanzó el jueves en Ciudad del Vaticano el presidente del consejo de cultural. El arzobispo italiano Gianfranco Ravasi se limitó a anunciar que, "finalmente, el monumento no se hará".

Por otra parte, El obispo lefebvriano Richard Williamson ha publicado una carta en una web de los tradicionalistas católicos de Argentina en la que pide al Papa que acepte su "sincera manifestación de pena por las innecesarias angustias y problemas" que ha causado al Pontífice tras negar la existencia del Holocausto judío. Sin embargo, el prelado solo se limita a calificar sus comentarios de "imprudentes". Nada de admitir error ni equivocación alguna.