El Vaticano ha declarado la guerra a la homosexualidad en sus propias filas. Según han filtrado fuentes de la glesia católica, en las próximas seis semanas saldrá a la luz un documento que establecerá reglas más estrictas en los seminarios de todo el mundo para impedir la ordenación de homosexuales aunque se comprometan a ser célibes.

La adopción de esta medida, que empezó a prepararse bajo el papado de Juan Pablo II y promulgará su sucesor, Benedicto XVI, ha tomado connotaciones de urgencia tras el escándalo de pederastia que hundió a la Iglesia católica en Estados Unidos, donde este mes comenzarán las inspecciones en 229 seminarios y escuelas de teología para buscar pruebas de homosexualidad.

"No es una cuestión de si el documento será publicado, sino de cuándo", dijo a The New York Times la misma fuente que confirmó su existencia. Las normas, explicó, sólo se aplicarán a quienes aún no han sido ordenados.

El texto supone una línea continuista con anteriores textos del Vaticano, que ya rechazaban la ordenación de homosexuales. Esta vez, sin embargo, tendrá categoría de "instrucción" según declaró a Associated Press otra fuente vaticana que en cuanto al contenido del documento dijo que habrá "algunas cosas viejas y algunas cosas nuevas".

EL CONTENIDO La Catholic World News, una agencia de noticias conservadora, aseguró que el texto empezó ya a prepararse en 1994. En él se indica que los hombres con tendencias homosexuales no deben ser ordenados incluso si mantienen el celibato, "porque su condición --dice-- sugiere un serio desorden de personalidad que les resta capacidad de servir como sacerdotes". Los homosexuales ya ordenados, prosigue, serán "instados a renovar su dedicación a la castidad y a un estilo de vida acorde con el sacerdocio".

La adopción de las nuevas normas ha empezado ya a dividir a los católicos. Mientras el ala más conservadora de la Iglesia considera que es un paso necesario para restaurar la credibilidad en la institución, otros temen que reviva fantasmas del pasado. "La gente hará lo que solían hacer, que es no ser honestos" --dijo un sacerdote estadounidense gay y profesor en un colegio católico que quiso guardar el anonimato por miedo a comprometer su posición en la Iglesia. "Lo que el Vaticano hace es repetir las condiciones que había antes y que hicieron crecer la crisis".