El periodista Ramón Font , que en su día fue corresponsal de TVE en Lisboa, nos ilustraba hace unas semanas sobre el desconocimiento que en España existía hacia los vecinos portugueses. Decía que sería muy fácil que cualquier diputado luso conociera el nombre del líder de la oposición en España, del alcalde de Madrid y citar tres periódicos de la capital. Hacer preguntas semejantes a diputados españoles podría producir un resultado desolador, no tanto por la ignorancia como por la falta de vergüenza en reconocer ese desconocimiento. Buscar noticias de Portugal en la prensa nacional española es una labor que pronto podría encomendarse a la policía científica: si no llega a ser por la desgraciada desaparición de una niña inglesa y la detención de un atracador en Figueira da Foz, los corresponsales españoles en el país vecino podrían haber empezado a engrosar las listas del paro mucho antes de que llegara la crisis. La semana pasada supimos --gracias a la prensa portuguesa, obviamente-- que TVE ha mandado a la corresponsal en Lisboa a Roma y que no prevé sustitución. Desde que llegara Diego Carcedo , hace más de 30 años, por aquella corresponsalía pasaron nombres ilustres del periodismo como José Antonio Gurriarán, Agustín Remesal, Valentín Díaz, Daniel Peral o el citado Font. Muy de tarde en tarde nos contaban algo de nuestros vecinos, pero ahora parece que tiene preferencia cualquier cosa que pase más allá de los Alpes antes que lo que le pueda ocurrir a quienes comparten 1.292 kilómetros de frontera con nosotros. Así que volveremos a estar sin corresponsal en Lisboa, como en tiempos de Salazar .