Numerosos ciudadanos particulares de Coria vuelven a ser ejemplo de solidaridad y dedican el tiempo en sus casas a la elaboración de mascarillas ante la necesidad de disponer de estos recursos en distintos centros principalmente residencias de mayores, dada la situación de excepción que se vive en el país.

Por un lado, la parroquia de San Ignacio de Coria ha informado que en menos de 6 días se ha logrado elaborar algo más de 1.100 mascarillas por distintos ciudadanos, algunos de ellos pertenecientes a la parroquia. El párroco de San Ignacio, Julián Carlos Pérez, explicó que un grupo de voluntarios de la parroquia serán los encargados de repartir el material en distintos lugares. En concreto, 250 mascarillas se destinarán al centro de Cottolengo de Las Hurdes y también se entregarán otras a la Residencia de Ancianos Fundación Masides que se encuentra en Aldeanueva del Camino y que pertenece a la diócesis de Coria-Cáceres. Otra cantidad se enviará al Centro Vida de Cáceres que acoge a transeúntes, y otro gran número de mascarillas a las residencias de ancianos de Coria.

A esta labor desinteresada se suma también la de las monjas del Convento de Clausura de la Madre de Dios y la de otros vecinos como es el caso de Marta Domínguez, una maestra de Coria confinada en su casa y que lleva inmersa dos días en la elaboración de mascarillas y de las que hasta ahora ha elaborado 60. «Son mascarillas lavables y reutilizables, de algodón, con doble tela», explicó Domínguez, que detalló que el material se repartirá entre las residencias de ancianos de Coria.

De la misma manera, la cauriense Consuelo Martín, propietaria del taller de costura y mercería Aguja de Oro de Coria, y que en estos días permanece cerrado al público por el estado de alarma, cose mascarillas para los trabajadores y residentes del centro de mayores San Nicolás de Bari. De momento, ya ha entregado medio mcentenar.