Los vecinos ingleses de la casa en la que vivía la niña de 7 años que murió en Fortuna (Murcia) el 5 de noviembre han negado ante el juez que investiga los hechos que la pequeña se lesionara cuando se bañaba en su piscina, ya que mientras ellos estaban en la finca nunca se había bañado allí, han dicho a Efe fuentes judiciales.

Estas manifestaciones contradicen lo declarado en su día por el padrastro de la niña, que se encuentra en prisión, quién aseguró que las lesiones que presentaba la pequeña las había producido al caerse cuando se bañaba en la piscina.

Igualmente los vecinos declararon en el juzgado de Cieza que instruye la causa que en una ocasión escucharon gritos de la pequeña, aunque ignoraban el origen de los mismos.

La autopsia demostró que la niña, de origen ecuatoriano, falleció como consecuencia de una peritonitis sufrida a raíz de las lesiones que padeció en una de las supuestas agresiones sexuales que igualmente investiga el juzgado.

Con anterioridad había declarado también en esta misma causa otro matrimonio del Reino Unido residente en una casa próxima a la de la fallecida que habían escuchado gritos de la niña.

La niña falleció en la vivienda que compartía con su madre, también en prisión, sus hermanos y el compañero sentimental de la madre con lesiones por distintas partes del cuerpo, que se atribuyen a que la niña pudo sufrir malos tratos físicos prolongados en el tiempo.

Se da la circunstancia de que la menor hacía apenas tres meses que había llegado a España desde Ecuador.