Varios científicos de España escribieron una carta a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la que destacaron las pruebas que mostraban que el virus del covid-19 puede infectar a personas a través de micropartículas en el aire, por lo que pedían a la entidad el reconocimiento de este tipo de transmisión. Finalmente, la entidad dio un volantazo el pasado lunes y tras estudiar la petición, ha admitido las conclusiones. Hablamos con Xavier Querol (Castellón), uno de los 239 investigadores que defienden esta teoría.

-La OMS ya ha admitido que el coronavirus puede contagiarse por el aire. ¿Cómo lo valora?

-Sin duda, la valoración es positiva. No obstante, ahora hace falta saber qué porcentaje de contagios se transmite a través de la atmósfera para poder estudiarlos y trabajar al respecto. Todavía no hay ningún mecanismo de estadística que nos ofrezca ese dato.

-Para contextualizar, ¿cuál es su postura ante la crisis sanitaria y las directrices marcadas por la OMS?

-Respaldamos esas directrices. La carta que publicamos no es una crítica, solo otra visión científica de cara a posibles rebrotes en octubre o noviembre. Existen evidencias de que las partículas que desprendemos, además de las que se transmiten de boca a nariz y viceversa, o hacia los ojos, permanecen en el aire durante varias horas con carga viral y, por tanto, con capacidad de contagio. Simplemente queremos que la OMS valore nuestras revisiones y estimen si es oportuno tenerlo en cuenta para tomar medidas complementarias.

-Respecto a la carta dirigida a la OMS, ¿cuál es el ‘modus operandi’ para su publicación?

-Nosotros no somos expertos en virus. Algunos sí, pero no todos. Somos un cóctel combinado de investigadores. Cuando publicamos un informe, tiene que estar avalado por los expertos, los datos y las conclusiones deben estar revisados, todo sigue un proceso. Si no, no salen. Es evidente que cuando se observa algún error, no sale adelante, seguimos investigando hasta que se cumplan los objetivos de comprobación. Pero en el caso de, lo relevante es que antes coincidíamos en las evidencias 36 científicos y ahora somos 239. Ahora bien, no se trata de ningún tipo de alarma, sólo queremos que la OMS valore el añadir nuevas medidas de seguridad dado que las demostraciones científicas avalan que sí existe riesgo de contagio por aire.

-¿Cómo se realizaron las demostraciones?

-Lo comprobamos hace varios meses en distintos lugares, como aulas u hospitales donde no iba el aire acondicionado, y puedo confirmar que existe esa convicción, quiero decir, se verificó que hubo casos que se contagiaron de esta manera, mediante esas micropartículas de aerosoles.

-Esta teoría cambiaría el protocolo. ¿Qué medidas de prevención adicionales propone?

-Lo más importante es la ventilación —hablamos siempre de espacios cerrados—. En casa, abrir las ventanas o la puerta para dejar correr el aire reduciría hasta diez veces (del 100% al 10%) la posibilidad de contagio. Lo mismo ocurre con los circuitos de aire acondicionado. En lugares como despachos compartidos, salas de espera y similares es de vital relevancia la regeneración del oxígeno, con la admisión de un 25% de aire fresco, puro, del exterior, intentando evitar la recirculación del mismo aire en un espacio ocupado por múltiples personas. Esto marcaría una diferencia notoria.

-¿Y, en su caso, se deberían considerar otras advertencias?

-Otra de las recomendaciones que yo siempre doy sería, por ejemplo, el uso de filtros hepa o germicidas de luz ultravioleta, en caso de que el aire acondicionado no fuese posible, así como sistemas fotocatalíticos para reducir los microorganismos en el ambiente al máximo.

-El uso de mascarillas en el puesto de trabajo, ¿sería necesario pese a mantener la distancia de seguridad?

-Es necesario siempre y cuando el espacio no esté adecuadamente ventilado, es decir, es más importante la ventilación. Debemos asegurar lo que antes hablábamos de la regeneración del aire con un 25% de aire del exterior y a una fuerte potencia para propiciar una elevada presencia de partículas puras y reducir en diez micras el riesgo. Con ello, no sería necesario en este espacio. Ahora, sí lo sería en el resto de lugares, y gel por supuesto. Me reitero, hay que seguir siempre las pautas que dicta la OMS.

-Contempla la posibilidad de nuevos rebrotes de cara al invierno. ¿Sospecha que vaya a ocurrir?

-Solo digo que no podemos desandar lo andado. En marzo sacamos unas conclusiones y las presentamos. Ahora, la OMS y el Ministerio tienen las competencias para evaluar estas evidencias y el know how, es decir, el conocimiento íntegro respecto al virus. Ya han admitido que esto ocurre, sólo falta saber en qué porcentaje. La pelota está en su tejado.