Vicente Ferrer, hospitalizado desde el pasado viernes en el sur de la India a causa de una embolia cerebral, experimentó ayer una "leve mejoría", aunque su estado es todavía crítico. La fundación que lleva su nombre indicó en un comunicado que el cooperante barcelonés, de 88 años, "ha reaccionado a ciertos estímulos" y que los médicos del hospital de Anantapur en el que se encuentra ingresado "han detectado movimiento en un brazo y una pierna".

Su esposa y cofundadora de la oenegé, la británica Anne Perry, detalló que en la mañana de ayer Ferrer respondió con un ligero movimiento afirmativo cuando uno de sus hijos le preguntó si le oía. Perry, en declaraciones a Catalunya Ràdio, consideró "un hecho extraordinario" los síntomas de mejoría y subrayó que su esposo "tiene mucha fuerza y muchas razones para vivir".

Junto a Ferrer están sus tres hijos y su sobrino Jordi Folgado, director general de la fundación, que tiene más de 155.000 colaboradores en España. Nacido en Barcelona en 1920, ha luchado por los derechos de los más desfavorecidos desde que llegó a la India, hace 57 años, como misionero jesuita. Más allá de la formación espiritual, aplicó este sistemas para el desarrollo de los campesinos y castas bajas.