"Más vale morir joven, haciendo algo por el evangelio, que morir viejo sin haber hecho nada". El cura Carlos Murias fue consecuente con la carta que le escribió a su hermana. La dictadura militar argentina lo asesinó en 1976. Su cadáver, junto con el de un cura francés, apareció maniatado. La zona estaba bajo control del general Luciano Menéndez. En el 2011, Bergoglio pidió la beatificación de Murias. Ahora se espera que se haga realidad. Menéndez, que cumple cadena perpetua, apareció días atrás en un juicio con una escarapela vaticana. También aguarda algo de Bergoglio: apoyo a una amnistía.