«Es un triunfo, un final digno». Así definió Rosa Garrote, la presidenta de la asociación de víctimas del accidente del metro de Valencia la sentencia que ayer condenó a cuatro exdirectivos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana a 22 meses de cárcel, que no cumplirán en virtud del pacto entre las partes que exonera a otros cuatro directivos.

Además de la sensación de victoria, en su celebración a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia, las víctimas compartían otras dos. «Teníamos todo en contra y hemos conseguido darle la vuelta. Se han quedado muchas cosas en el camino pero hemos hecho todo lo estaba en nuestra mano y hemos conseguido todo lo que se podía conseguir», dijo Garrote.

Con las manos entrelazadas, con abrazos, besos y lágrimas celebraron la última página del calvario judicial, pero después las sensaciones variaban. «Yo sí quería venganza», reconoció a EL PERIÓDICO Julián, que perdió a su mujer en el accidente. «No perdono y no lo haré en mi vida», afirmó.

Pese a ese dolor también había alivio. Como el de Ana, herida en el descarrilamiento acaecido en el 2006 y que tendría que haber declarado si el juicio hubiera seguido adelante. «Ahora tenemos que conseguir archivarlo en algún lugar de nuestras cabezas y vivir», explicaba a este diario.