Les pareció una buena idea y aceptaron. La cantautora Estela y la diseñadora Marichy Trancón decidieron subirse al carro de La Sexta y se convirtieron en protagonistas de la grabación realizada en Cáceres del programa Vidas anónimas . "Todo surgió por Juanma Zamorano, un cocinero amigo nuestro por el que ya se habían interesado en la cadena", explica Estela, a la que un equipo de la cadena siguió durante dos días allá donde fuera. Los reportajes se emiten, de lunes a viernes, en el segundo canal de La Sexta a las 16.10 horas.

En su caso, y a pesar de las prisas, la experiencia le sirvió para mostrar su día a día como madre y artista. Esta doble faceta quedó reflejada en imágenes de cómo llevaba a sus dos hijas al colegio o en el trabajo en solitario para promocionar el videoclip de su canción Un mundo mejor , en un acto que tuvo lugar el 11 de abril en la Casa de Mujer en Cáceres. En el programa también se la puede ver cantando, durante un concierto que organizó la propia Estela con el apoyo de la sala Aldana, en la ciudad monumental, en la que interpretó tres canciones.

Nuevos proyectos

Dice Marichy Trancón que la invitación de La Sexta le ha valido principalmente para mostrar cómo es su trabajo, ahora que ha trasladado su tienda de Moret a la plaza de San Juan. Allí ha abierto un taller de confección de tocados, que le sirve para elaborar sus propios diseños de sombreros y bisutería. "Creo que buscaban a personas anónimas, pero con un perfil creativo como el de nosotras", añade la diseñadora, que se ve "diferente" en su trabajo y su vida privada, donde cree que es más divertida.

A diferencia de Estela, que sí considera que se dará a conocer su faceta más familiar, Trancón estima que solo se conocerá en el programa su aspecto profesional. Pone como ejemplos situaciones tan comunes como acudir a una prueba para una boda o atendiendo a los clientes en su taller de San Juan.

"Realmente seguimos siendo anónimas y no lo cambiaríamos por nada del mundo", coinciden ambas protagonistas, a las que el reportaje les ha permitido la posibilidad de buscar una recompensa a un trabajo de artistas, muchas veces callado y de puertas para adentro. Estela anda metida en la promoción de su nuevo disco tras unos años fuera de la circulación para poder ver crecer a sus niñas; Marichy dejó el bullicio de la cacereña calle Moret para buscar la tranquilidad de alimentar su talento realizando diseños en un taller.

Aunque la vida diaria ya les da satisfacciones, siguen siendo inconformistas y transmiten ese espíritu de búsqueda constante de los que cada día se levantan con ganas de hacer más grande su mundo. Un gran reto, a pesar de tener vidas anónimas.