Mody Dia es un informático de 31 años que zarpó en abril de Saint Louis en un cayuco con 73 personas a bordo. "Vimos la muerte muy de cerca", recuerda, pero a los cinco días llegaron a Tenerife. En el centro de internamiento de Fuerteventura recibieron la visita de funcionarios senegaleses para identificarles. "Les preguntamos si habían venido a repatriarnos y nos dijeron que no, que el presidente Wade les enviaba para saber si estábamos siendo bien tratados". El y 98 compañeros subieron a un avión el 31 de mayo. "Nos dijeron que iríamos a Barcelona o a Málaga, pero dos horas y media después aparecimos en Dakar".

Hoy, Mody Dia sigue en paro --"lo perdí todo al irme, el trabajo y los ahorros", explica-- y vive en Yarakh, en la conurbación de Dakar, donde ha creado con sus compañeros de viaje la Asociación de Repatriados de España. Dicen haber perdido la confianza en su Gobierno, que tras "la traición" les ofreció acogerse a un plan de regreso a la agricultura. "Lo rechazamos, claro. Somos gente cualificada. Yo, que soy informático, ¿qué voy a cultivar".

Tras fracasar en su intento de que el presidente Wade les recibiera y organizar una manifestación en Yarakh que acabó dispersada por la policía, ahora planean contactar con la Embajada española. "Si no podemos trabajar legalmente aquí, queremos crear empresas aquí. Pedimos a España que nos ayude sin pasar por el Gobierno senegalés.".