TEtn ocasiones las leyes son pequeñas para atajar la complejidad de la cruda realidad. Hace un año entró en vigor una ley que llevaba el adjetivo de integral y que tenía como finalidad la de acabar con la violencia que siega la vida de centenares de mujeres a manos de sus parejas. Puede que sea poco tiempo para ver los frutos pero es suficiente para calibrar sus defectos y subsanarlos antes de que una buena ley naufrague por las grietas que nos advierten desde Amnistía Internacional. La organización ha publicado un informe tras observar los doce primeros meses de aplicación de la ley y nos avisa de algunas cosas que podíamos imaginar: siempre son insuficientes los medios materiales y humanos, hay una falta de formación específica de quienes tienen que asistir a las mujeres maltratadas y disparidad de atención dependiendo de donde una se encuentre.

Pero lo peor de todo es la Instrucción 14/2005 de la Secretaría de Estado de Seguridad, la que regula la actuación ante mujeres extranjeras en situación administrativa irregular. El desarrollo de esa norma está produciendo un problema en lugar de resolverlo. Ellas ya no saben qué hacer: si denuncian a sus parejas pero no consiguen una orden de protección, se van de comisaría con una orden de expulsión para ellas mismas. Así que tenemos unas mujeres que cuando huyen de la persecución violenta de sus parejas encuentran amenaza donde sólo debieran encontrar refugio. Imagino que ya habrá alguien intentando solucionar este asunto. ¿No? http://javierfigueiredo.blogspot.com