Los casos de muerte por violencia sexista parecen empeñados este año en llegar de dos en dos, de tres en tres o de cuatro en cuatro. Ayer, una joven marroquí residente en Tarragona y la esposa de un policía local de Almería perdieron la vida a manos de su pretendiente, la primera, y de su marido, la segunda, en lo que parecen ser dos nuevos episodios de esta especie de plaga del siglo XXI.

MARROQUI DE 26 AÑOS En Taragona, Sanaa Haddadi, marroquí de 26 años, murió acuchillada por su pretendiente la noche del pasado jueves, después de haberse negado dos veces a casarse con él. La joven estaba siendo acosada desde hace tiempo por el agresor, un compatriota de la misma edad. Conocidos de la familia explicaron ayer que el autor del homicidio, que logró escapar y que anoche estaba siendo buscado por el Cuerpo Nacional de Policía, convenció a Sanaa en un primer momento, pero la muchacha recapacitó y acabó rechazando la propuesta.

La chica, que vivía con su familia en el barrio de La Floresta, salió sobre las diez de la noche del locutorio donde trabajaba. A pocos metros del establecimiento, se encontró con el agresor, que le clavó varias cuchilladas. Aunque rápidamente llegó una ambulancia, los sanitarios no pudieron hacer nada para salvarle la vida y falleció pocos minutos después. Una testigo explicó que "la intentaron reanimar, pero fue inútil".

En Almería, un policía local de 61 años asesinó en la madrugada de ayer a su esposa de varios disparos con una escopeta de caza y luego se suicidó. Aunque no constaba ninguna denuncia por malos tratos, el hombre estaba de baja por depresión desde hacía 18 meses y se encontraba en tratamiento médico. Los servicios policiales le estaban tramitando la jubilación anticipada para antes del verano. Fue la propia hija de la pareja la que descubrió los cuerpos de ambos en medio de un charco de sangre.