Sergio Márquez Pinto tiene 30 años y es virgen. Lo dice sin complejos, pero tampoco presumiendo de ello. Simplemente --afirma-- es un estilo de vida. "Es mi opción. Es --añade-- una cuestión de fe. La tienes o no la tienes. Para mí, el sexo está vinculado al matrimonio. Y mi novia piensa lo mismo".

Si la novia de Sergio (en determinados ambientes no se pronuncia el término pareja o compañera) no fuera de la misma opinión y le pidiera cama, él no podría salir con ella. "A mí no me importa que ella no sea virgen. Pero si quiere tener sexo conmigo, se tendría que esperar a que nos casáramos. Yo --añade este joven madrileño-- no reniego de mi religión por nadie".

Sergio, jardinero y catequista en la parroquia Asunción de Nuestra Señora de Madrid, acudió ayer al aeródromo militar de Cuatro Vientos (Madrid) para participar en el encuentro con el Papa. Miles de jóvenes hicieron lo mismo. Hubo de todo, pero abundó el look pijo . A saber: zapatos náuticos y vaqueros de marca. Las chicas, con polos estrechos de tonos rosas y con los consabidos bordados de jugadores de polo a la altura del pecho. Los chicos, con camisas de cuadros o polos con la bandera de España en los bordes del cuello y mangas.

"METODOS NATURALES"

José Carlos viste con camisa de cuadros, es madrileño y tiene 27 años. Vive su fe cristiana "a tope". Tanto que también quiere llegar virgen al matrimonio. "Jesucristo --explica-- fue listo y por eso impuso la confesión, para poder hablar de cómo vencer las tentaciones". Su hermana --afirma-- está realizando un cursillo de "métodos naturales" para no concebir hijos una vez que pase por la vicaría. ¿Cómo? Pues con la ayuda de un programa informático que calcula los días fértiles, esos días en los que los recién casados ni se tocarán.

A José Carlos le da igual lo que piense el resto del mundo. El está convencido de sus principios. "La gente --destaca-- ha asumido con naturalidad lo de la homosexualidad. Pero yo no lo veo claro. Si a mí me pasara eso, o sea que me sintiera homosexual, intentaría reprimirme para no pecar. Como hacen los curas con las mujeres: reprimirse para no caer en la tentación", añade José Carlos.

"De los preservativos, mejor ni hablamos, ¿no?", le dice una periodista. "Los condones no son seguros. La gente coge el sida y se queda embarazada igualmente". Lo dice muy seguro, a pesar de que no haber tocado uno en su vida.

Sobre el papel de la mujer en la Iglesia, los jóvenes no tienen mucho que criticar. "Jesús eligió 12 hombres. Por algo sería", destaca un chaval de 20 años que prefiere no decir su nombre a los periodistas.

LA CIENCIA

El joven pone mucho énfasis a la hora de defender otro precepto de la religión católica: "No se puede investigar con las células madres sacadas de embriones porque son seres humanos. Los científicos no se dan cuenta de que están jugando con vidas".

Unos metros más allá camina Noelia García, una simpática gallega de 15 años que está convencida de que probará el sexo antes de casarse. "Eso no está bien", le responde Martín Rodríguez, el cura de su parroquia. "¿Y qué voy a hacer si no me caso nunca?", le pregunta. "Pues entregarle tu vida a Dios", contesta el sacerdote.