El fuego realizó ayer una nueva exhibición de fuerza en las islas de Gran Canaria y Tenerife y obligó a desalojar a más de 14.000 personas de sus casas. Los incendios, empujados por el viento y las altas temperaturas, habían arrasado anoche en ambas islas una superficie de unas 35.000 hectáreas. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que se desplazó a Canarias, describió la situación como de "suma alarma" y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que hoy viajará a las islas para poder evaluar el curso los acontecimientos.

El incendio que el viernes comenzó a propagarse por gran parte del centro y suroeste de Gran Canaria siguió ayer por la tarde su implacable avance. Más de 250 miembros de los servicios de extinción luchaban contra siete focos que se mantenían activos. A última hora habían logrado frenar su capacidad devastadora y anoche el fuego se hallaba estabilizado y bajo control.

En Tenerife, por contra, el fuego se había recrudecido. A lo largo del día fueron 8.500 los desalojados, aunque un millar de ellos pudieron regresar más tarde a sus casas. Anoche habían quemado unas 15.000 hectáreas. Las poblaciones de Santiago del Teide, Los Silos, El Tanque y Buenavista del Norte eran las más afectadas. La mayor preocupación radicaba en impedir que el fuego, dividido en dos frentes, alcanzase el caserío de Masca, que da entrada al mayor y milenario bosque de laurisilva de Canarias. La complicada orografía del terreno dificultaba los trabajos de las brigadas forestales.

TENSION El Cabildo de Gran Canaria calculó que el fuego se ha extendido por más de 20.000 hectáreas y ha motivado el desalojo de unas 5.500 personas, tras la evacuación en la madrugada del martes del casco histórico del municipio de San Bartolomé de Tirajana. Escenas de gran tensión se produjeron en el desalojo de este municipio del suroeste grancanario. Los vecinos que evacuados del casco urbano de Mogán el pasado lunes comenzaron ayer a regresar a sus casas cuando los focos que cercaban esa localidad todavía permanecían activos.

El mayor incendio de la historia de Gran Canaria, como ha sido catalogado por José Miguel Pérez, presidente del Cabildo de la isla, afecta a una de las zonas de mayor valor ecológico y paisajístico de la misma. Enormes montes, laderas y profundos barrancos integran la serpenteante y abrupta orografía del interior de los municipios de San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía y Mogán, así como el municipio cumbrero de Tejeda. Se trata de enclaves de difícil acceso, a los que en muchas ocasiones no se puede acceder con vehículos de gran tonelaje. Precisamente esta fue la causa del vuelco de un camión cisterna en la localidad de Ayacata, que se saldó con dos miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con heridas de carácter leve.

Hasta ahora se ha mantenido alejado de los enclaves costeros de Maspalomas, Arguineguín y Mogán, pilares de la industria turística de la isla, aunque desde algunos hoteles se divisaba perfectamente parte del incendio.

Se trata de "la situación más dramática de la historia de las islas", afirmó ayer el presidente Paulino Rivero. Las sospechas de que el incendio de Tenerife ha sido provocado, como el de Gran Canaria, iban en aumento.

El presidente de la Asociación Hotelera de Tenerife (Ashotel), José Fernando Cabrera, sostuvo que el de Tenerife, que amenaza a una de las zonas más emblemáticas de la isla por la riqueza de su flora, "no ha afectado al turismo, ya que los hoteles están en la costa y el fuego, en la montaña". Y admitió que era pronto para saber si anularán reservas.

CAMPAÑA DE IMAGEN El Gobierno canario tomó medidas para evitar que la imagen paradisíaca de las islas se deteriore. La consejera de Turismo, Rita Martín, contactó con las oficinas de turismo en el exterior, a través de los patronatos de Gran Canaria, Tenerife y La Gomera, para minimizar el daño que el desastre puede provocar, sobre todo en el turismo rural y recordó que el pasado año en Galicia, pese a los incendios, no descendió. H