Un premio a una trayectoria deportiva, un premio a una vida dedicada al voleibol. Juan Luis Galán, nacido en Alcuéscar aunque cacereño de adopción, lleva a sus 50 años mucho deporte a sus espaldas, no como jugador, sino como árbitro. Quizás por eso es mayor el mérito de haber obtenido el Premio Extremadura del Deporte, máximo galardón que otorga la comunidad a nivel deportivo, y que, como él mismo reconoce "suele concederse a jugadores y no a árbitros".

Pero el caso de Juan Luis no es el de un árbitro cualquiera, ya que su historial no sólo recoge más de 800 partidos en categoría nacional y otros 250 a nivel internacional, si no el ser uno de los impulsores del voleibol en la región. Su pasión por el deporte de la red se remonta a sus tiempos de estudiante en el colegio cacereño Licenciados Reunidos, pionero en formar un equipo de este deporte en la ciudad.

Sin embargo, competir en la cancha no acababa de convencer a un joven Juan Luis, que con tan sólo 18 años tomó la decisión de ver el voleibol desde otra perspectiva, la de la silla. Comenzó entonces una andadura que marcaría el resto de su vida, y que ha seguido siempre una trayectoria ascendente. Sus inicios como colegiado en la región fueron seguidos del ascenso al arbitraje nacional en el año 1986, y su carrera continuó imparable hasta llegar a su culmen en el año 1991, cuando realizó el curso necesario para convertirse en árbitro internacional, lo que le permitió estar al año siguiente en las Olimpiadas celebradas en Barcelona, "uno de mis mejores recuerdos", reconoce.

Una trayectoria que le ha llevado a recorrer muchos kilómetros, y que, aunque a veces ha sido dura, le ha coronado como uno de los mejores embajadores del voleibol cacereño, y de toda la comunidad en general. Pese a todo, el propio Juan Luis afirma que para hacer patria no es necesario salir fuera, si no hacerlo bien desde dentro. Y así lo ha hecho: es uno de los principales promotores de los Juegos Deportivos Extremeños para escolares, es miembro de la junta directiva de la Federación Extremeña de Voleibol y, sobre todo, intenta trasmitir como docente toda su experiencia a quienes quieren seguir sus pasos como árbitro.

Además de lo que le ha reportado en lo profesional, el deporte ha sido, junto a su familia, el mejor apoyo para Galán en su peor partido fuera de la cancha, el que jugó contra una dura enfermedad, a la que afortunadamente ganó el set. Quizás por eso Juan Luis no tiene ganas de dejar la silla de árbitro, donde se siente más cómodo que en la que ocupa en la Consejería de Agricultura. Y es que, aunque en ocasiones el sacrificio y el cansancio le hagan pensar en abandonar, no será una tarea fácil, ya que como él mismo dice, "el voleibol siempre ha sido y será parte de mi vida".