Lo sé. Es políticamente incorrecto decir que muchas personas no saben qué están votando cada vez que lo hacen, pero es algo que ocurre. Recuerdo que en 1996 me tocó estar en una mesa electoral y había quienes pedían ayuda para encontrar la papeleta de un tal Felipe y de un tal Aznar . Intenté explicar que no podían votarles porque no se presentaban por la circunscripción. Los interventores de los partidos se enfadaron momentáneamente por mis palabras pero no me fue difícil convencerles de que estaba en lo cierto. A un ciudadano normal y corriente se le puede perdonar que no sepa estas cosas, pero no es de recibo que sean los políticos profesionales los que las ignoren. El domingo elegimos un parlamento, una institución en la que habrá personas que representen nuestras ideas, pero en los carteles de la calle veo quien intenta vendernos soluciones, como si tras el 7 de junio hubiera de formarse un gobierno en función de lo votado. No sé si en ese partido se habrán enterado de qué van las elecciones del domingo o acaso pretenden confundir un poco al personal. Aunque lo que más me llama la atención es otra cosa: en España usamos la Ley d´Hont para distribuir escaños por culpa de aquella maldición de los años 70, para que --como decía la policía de la época-- no se formen grupitos y se gobierne más fácilmente. Por eso no entiendo que el domingo volvamos a tener al matemático belga distorsionando la fiel representación de la voluntad popular en Estrasburgo. Lo más interesante del próximo domingo es que es el mejor día para votar en conciencia, a favor de tus ideas y sin temor a que gane quien no quieres. Un lujo.