La Casa Blanca informó ayer de que ya ha aceptado 1.000 millones de dólares en ayuda material o financiera de 45 países y que estudia las ofertas de otros 50 gobiernos. "Lo último que queremos es algo que no pueda ser utilizado", dijo el secretario general del Departamento de Estado, Harry Thomas.

Tanto el Departamento de Estado como la agencia federal de gestión de emergencias (FEMA) han recibido en las últimas horas duras críticas por la supuesta lentitud a la hora de gestionar la ayuda internacional. Según The Washington Post, que cita a diplomáticos europeos, la burocracia de ambos organismos impide que los fondos sean desembolsados con prontitud.

Con todo, ayer empezó a llegar la ayuda humanitaria. Francia y el Reino Unido enviaron el segundo avión que han fletado, cargado con tiendas de campaña, camas y materiales de primera necesidad. Un avión Hércules del Gobierno español se dirigía anoche a EEUU con 6.000 raciones de comida.