TNtace como nació el Womad: recoleto y en voz baja, pero despierta un interés inusitado y se ha convertido en el centro de las conversaciones. Este fin de semana se celebra el Cáceres Irish Fleadh 2004, es decir, la primera Fiesta Irlandesa de Cáceres, y llega en formato de relicario: colocando las joyas en la parte antigua. Con un planteamiento muy inteligente y que debería ser ejemplar, el festival convertirá la ciudad monumental cacereña en un remedo del barrio Temple Bar de Dublín. Habrá conciertos en el Gran Teatro y en los pubs Aldana y The Blue Corner; talleres de flauta, baile, violín o bodhrán en el centro cultural San Jorge, en la Casa del Pueblo de UGT (detrás del Parador) y en el colegio mayor Francisco de Sande y sessions (reuniones espontáneas de músicos) en locales de la parte vieja como Lancelot, Corral de las Cigüeñas, Aldana o Puerta de Mérida.

Desde las cinco de la tarde del viernes hasta la madrugada del domingo, el Cáceres Irish Fleadh satisfará a los nostálgicos de aquellos Womad primerizos cuyo encanto estaba en la intimidad y en el sonido de la música entre las piedras. El Cáceres Irish Fleadh nace del empeño de Fernanda Valdés, Rosa Brillo y Luigi Giuliani (alma de las sessions que se celebran los domingos por la tarde en el pub Lancelot), que forman la asociación El Gato al Agua, y de la perspicacia lúcida del Consorcio Gran Teatro. Pero más allá de la música y la cerveza, el Cáceres Irish Fleadh es un paso importante en la recuperación imparable de la parte antigua para la vida, la risa, la música y el ocio.