El sicario de los GAL condenado por el asesinato del ferroviario francés Jean Pierre Leiba en 1984, Daniel Fernández Aceña, tenía previsto cometer "un acto suicida" en nombre del Estado Islámico en "un autobús" en Segovia. En una conversación telefónica que se le intervino el pasado 11 de noviembre se mostraba dispuesto a "pasar a la acción".

En el auto en el que la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela le envió a prisión este jueves se afirma que Fernández Aceña había mostrado a varias personas el pasado mes de agosto su intención de cometer un "acto suicida" en nombre de la organización terrorista, "pudiendo inferirse que uno de los lugares por los que se hubiera interesado para realizar una acción violenta fuera uno de los numerosos sitios turísticos de la localidad segoviana".

El imputado por terrorismo, que se negó a declarar ante la magistrada, muestra "un retraimiento social" y limita sus relaciones sociales "a personas que comparten su punto de vista radical", es decir, "adeptas a su modo de vista radical" o "con problemas de toxicomanía y antecedentes de delincuencia común", como el otro arrestado enviado a prisión en la misma operación, pero por delito contra la salud pública, al haberse intervenido en su domicilio un total de 3.851 gramos de MDMA. Tomás C. G. lo trató de justificar diciendo que era para que su mujer trabajara el vidrio, explicación que no convenció a la magistrada que le envío a prisión.

ABANDONO DEL "PECADO OCCIDENTAL"

El auto refleja la conversión al islam del acusado, consecuencia de "abandonar su vida anterior de 'pecado occidental' y adaptarse a un modo de vida más acorde con la interpretación rigorista del Islam", lo que le hizo repudiar a las mujeres occidentales, por no seguir su misma interpretación radical.

Fernández Aceña, detalla Lamela, elogiaba las acciones yihadistas y se mostraba abierto a las tesis expuestas por los extremistas, aludiendo al paraíso al que se dirigían los mártires. Incluso llegó a afirmar haber estado en zona de combate. "De esta manera se han detectado continuas alusiones a su intención de viajar a Afganistán e incluso a inmolarse en autobús en Segovia, señala el auto. Ya había viajado a Angola, Palestina y a Afganistán, por lo que decía tener vetada la entrada en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia y Francia, pero decía estar dispuesto a ir donde le mandara la organización terrorista.