TAtntes, no había parto sin dolor ni hortera sin transistor. Ahora, los partos duelen menos, pero sigue habiendo horteras. Eso sí, han cambiado el transistor por un utilitario con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen para que se note que pasa un tío con sensibilidad... ¡Un tío!, sí señor. Porque aquí surge la primera extrañeza: ¿Por qué los garrulos que conducen esos coches discoteca son siempre varones y nunca mujeres? ¿Son ellas más sensibles, son ellas menos exhibicionistas, son ellas seres superiores? La segunda extrañeza es entender cómo se puede conducir con plenitud de reflejos si en tu coche suena Camela , La Húngara o DJ Paco como si fueras una atracción de feria en vez de un Fiat Idea Multijet Emotion . La tercera extrañeza es geográfica: ¿Por qué las ciudades extremeñas donde más coches lereles he visto son Don Benito y Plasencia? ¿Es porque allí hay más empleo juvenil, es porque hay más machotes melómanos, es porque hay más sordos?

La semana pasada, la policía local de Plasencia inmovilizó un coche que circulaba de madrugada con las ventanillas abiertas y la música tronante amenizando el sueño de media ciudad. Como estas discotecas ambulantes no tienen horario de cierre y tampoco hay una normativa que persiga el calorreo, los agentes inmovilizaron el auto porque no había pasado la ITV. Los mozos tuvieron que marcharse a casa a pie y cuentan las crónicas que a la mañana siguiente, los padres de los chavales acudieron a protestar a comisaría: "Sólo faltaba que la policía le prohibiera el chunda chunda al mi Yónatan ".