El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, trató ayer de disimular el varapalo dado a la educación española por el Informe PISA y sostuvo que los datos evidencian que el sistema educativo español "no ofrecen un mal rendimiento", aunque adujo que el problema de no obtener mejores puntuaciones radica en que "hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo fruto del país que teníamos".

"¿Cuándo podremos establecer el reloj a cero comparativo?", se preguntó en voz alta el jefe del Ejecutivo. "Cuando haya una generación en España que haya tenido un porcentaje de educación más allá de la obligatoria igual que la europea; cuando tengamos una generación con idiomas al igual que hace 20 años en Europa", aseveró para justificar su tesis. El presidente, que en una jornada organizada por The Economist tuvo que echar mano de los auriculares con traducción para responder a las preguntas que le hacían en inglés, insistió en que "lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres, junto a la que recibe del sistema educativo".

EL EJEMPLO E intentando buscar un ejemplo didáctico, aunque tal vez poco oportuno en estos momentos, Rodríguez Zapatero aseguró que para España es más fácil alcanzar a un país avanzado en infraestructuras que en educación.

Para la secretaria de Política Social del Partido Popular, Ana Pastor, la mentalidad de la LOGSE (ley que fue promulgada en 1990 por el Ejecutivo de Felipe González) es la culpable de los malos resultados, que indican que la situación educativa española, "lejos de mejorar, sigue empeorando".

"Un presidente del Gobierno no puede decir que lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres junto a la que recibe en el sistema educativo. Cuando hable de retraso, piense en su política educativa. El informe le dice que se ha equivocado radicalmente", replicó a Zapatero la exministra popular.