En tono jocoso, y quizá como resultado de la satisfacción porque los tres últimos tripulantes del Boeing 757-200 retenidos en Chad llegaran el viernes a España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ofreció ayer, desde Santiago de Chile, su ayuda a su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, para liberar a los miembros de la oenegé Arca de Zoé que permanecen detenidos en el país africano por presunto tráfico de niños.

Fue, eso, una broma, pero ese comentario evidenció el disgusto con que el Ejecutivo acogió la intervención de Sarkozy, quien se proclamó el liberador de los tres periodistas franceses y las cuatro azafatas de la tripulación española. Zapatero volvió a destacar el "éxito" de la gestión diplomática "discreta" desplegada por el Gobierno durante los 16 días que ha durado la crisis y resaltó el papel del Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

Las palabras de Zapatero contrastan con las declaraciones de los familiares del piloto Agustín Rey, que ayer llegaron a El Prat tras viajar a Madrid para recibir a Rey. Oscar Soriano, cuñado de Agustín Rey, quiso dejar claro que durante las primeras 72 horas de cautiverio la tripulación se sintió desamparada y que fueron las gestiones del cónsul honorario de Chad en España, Javier Nart, las que propiciaron la liberación de la tripulación.

"Se ha destacado mucho la diplomacia de Exteriores y les estamos agradecidos, pero queremos dejar claro que fue Javier Nart quien lo ha conseguido", dijo. Soriano explicó que Agustín Rey y su esposa, Esther Soriano, descansarán unos días en Madrid antes de trasladarse a Terrassa.

Por su parte, la azafata asturiana Tatiana Suárez quiso agradecer ayer, al llegar al aeropuerto de Asturias, el apoyo recibido por los gobiernos francés y español. Hizo una mención especial a Sarkozy por traerles en su avión y hacer la parada para que se quedasen en Madrid.