Catherine Zeta-Jones alega el sufrimiento y la ansiedad que le provocó el verse fea en las fotos robadas de su boda con Michael Douglas para sacarle un dinero a la revista Hello!, (versión inglesa de ¡Hola! ). La actriz, antigua secundaria de series de sobremesa de la televisión británica en las que aparecía cubierta de bisutería cual árbol de navidad, se pasea con pose de emperatriz por la corte de Londres que juzga su demanda contra la citada publicación. Nota: en su comparecencia, Catherine llevaba colgado del brazo un bolso Herm¨s de cocodrilo de los de 10.000 euros (1.600.000 pesetas).

Pero la demanda tiene más detalles apasionantes. Los Douglas, en su desvarío, llegan a decir que la aparición de las fotos robadas causará grandes perjuicios a la infancia desvalida. La argumentación para tamaña conclusión parte del hecho de que con la venta de las fotos fetén a la revista OK, los Douglas crearon la fundación Dylan Douglas, para que su primer hijo tenga su propia organización benéfica, una hucha al estilo Hollywood. El objetivo de la fundación es ayudar a los niños pobres, de modo que si las fotografías vendidas a la revista OK perdieron valor por la aparición en Hello! de las fotos robadas, la consecuencia es que Dylan tendrá menos ahorrillos para donar a los niños desvalidos.

Eduardo Sánchez Junco, dueño de la empresa que edita Hello,! ¡Hola! y Oh la! ya ha pedido disculpas a la pareja, pero también ha dicho que le parecía que los Douglas exageraban un poco. Lo que no cuentan Catherine Zeta-Jones y su marido Michael es que donaron el dinero de las fotos a la fundación que lleva el nombre de su hijo para no pagar los impuestos correspondientes.