El conocido como violador de La Madrila cumplirá cuatro años de cárcel por la agresión sexual a una joven que cometió la madrugada de Año Nuevo. La condena se impuso tras alcanzar un acuerdo entre el acusado, la víctima y el Ministerio Público en una vista celebrada ayer en el Juzgado de lo Penal Número 1, en la que reconoció los hechos. «Estoy de acuerdo con el escrito de acusación del fiscal», dijo al juez. Declaró por videoconferencia desde la cárcel de Valdemoro (Madrid), donde se encuentra en prisión preventiva. Lo había solicitado él porque no quería volver al centro penitenciario de Cáceres, donde estuvo preso días después de lo ocurrido.

Se le ha aplicado el agravante de reincidencia ya que, tal y como adelantara este diario, la agresión de Nochevieja tuvo lugar justo después de que José Luis Andrada Barra saliera de prisión, tras cumplir 15 años de cárcel por dos violaciones que cometió en la capital cacereña en el año 2002.

La agresión de Fin de Año fue contra una joven de unos 20 años en la zona de la plaza Marrón, en concreto en la calle Hernando de Soto. Según el testimonio de la víctima, que ha corroborado el acusado, la agarró por la fuerza por los brazos, la acorraló contra una pared y, mientras le realizaba tocamientos, comenzó a susurrarle cosas al oído para amedrentarla.

INTENTÓ DEFENDERSE / Ella intentó defenderse llegando a forcejear con él, diciéndole que parase y pidiendo a gritos socorro. Un hombre la escuchó e intentó ayudarla, pero a su llegada el acusado salió huyendo. «Nuestro más profundo agradecimiento a esa persona que la ayudó porque fue un hecho heroico», dijo el abogado que defiende a la joven, Carlos Jesús Tovar.

El acuerdo de conformidad fue firmado el 28 de febrero, aunque hasta ayer no se hizo efectivo. Según destaca el Ministerio Público, la intención del fiscal «siempre ha sido mantener al acusado en prisión», de ahí que se haya intentado desde el principio llegar a un acuerdo con el acusado para dictar una condena de prisión. Deberá indemnizar también a la joven, que aún se encuentra en tratamiento psicológico, con 6.000 euros por los daños morales. «Es una indemnización alta, creo que única en Extremadura, pero está justificada por el daño que ha sufrido la víctima, del que aún no se ha recuperado», insistió su letrado.