Los funcionarios del primer turno del Centro Penitenciario de Badajoz encontraron a la hora de hacer el relevo, a las ocho de la mañana de ayer, a un recluso muerto por ahorcamiento en su celda, confirmándose después que había fallecido, según fuentes penitenciarias.

Se trata de un hombre joven, cuya identidad se corresponde con las iniciales D. G. R., de 32 años, al parecer vecino de la capital pacense.

En el momento en que los funcionarios abrieron las puertas de las celdas, vieron al recluso colgado, por lo que se dio aviso primero a los sanitarios y después al juez de guardia, que acudió con el forense para procedentes al levantamiento del cadáver.

Una vez certificada su muerte, se procedió al traslado del cuerpo hasta el Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia.

Fuentes penitenciarias consideraron que «en efecto, todo indica que se ha quitado la vida», excluyendo la posible agresión de una tercero, pues este recluso no compartía celda, estaba solo.

D. G. R., se encontraba recluido en el centro penitenciario cumpliendo dos condenas menores, una por atentado contra la autoridad y otra por un delito de tráfico, cuyas penas debían concluir en el próximo mes de junio. Pero su primer ingreso en la cárcel de Badajoz fue en el año 2005.

No obstante, se da la circunstancia de que acababa de recibir la notificación de una sentencia de la Sección Penal de la Audiencia de Badajoz, en la que se le condenó a otros cinco años de prisión, por un delito de homicidio en grado de tentativa, lo que suponía alargar la condena hasta el año 2023.