El presidente tribunal del tribunal de jurado que juzgó el crimen de la pequeña Naiara, de 8 años, ocurrido en el 2017 en Sabiñánigo (Huesca), acaba de condenar a prisión permanente revisable a Iván Pardo Pena por las torturas mortales a las que sometió a su sobrina. Se convierte en el primer condenado a esta pena en Aragón.

El padrastro y la abuelastra, Carlos Pardo y Nieves Pena, han sido condenado a dos años de prisión por maltrato.

Por unanimidad y agotando una única jornada de deliberación de las 72 horas que la Ley del Jurado permite, el veredicto reflejó lo terrible del caso. La portavoz del tribunal popular relató que durante el tiempo que la menor estuvo en el domicilio de Iván Pardo hasta el 6 de julio (fecha en la que murió) este, con la finalidad de corregir la educación de la niña, "le obligaron a permanecer de rodillas sobre ortigas, grava, granos de arroz o sal gruesa", que golpearon en brazos, piernas, espalda y cabeza y que le "privaron de sueño para hacer los deberes y estudiar". Pero eso no debió parecer maltrato suficiente, ya que "la humillaron colocándole una diadema con orejas de burro sobre la cabeza y le colocaron pañales a la vez que le grababan con móviles y lo transmitían a otros miembros de la familia".

Llegó el día 6, convirtiéndose en una pesadilla. El tribunal popular considera probado que Iván Pardo llegó a casa de trabajar en torno a las 8.30 horas de la mañana y que supervisó los estudios de Naiara, que había permanecido toda la noche despierta, estudiando arrodillada sobre grava por imposición del acusado y de Nieves Pardo.

Al no encontrar estas tareas satisfactorias, comenzó a golpearle en la cabeza con los nudillos y a propinarle descargas eléctricas con una raqueta matamoscas, la ató de pies y manos, le introdujo un calcetín en la boca, le golpeó con un cinturón en la espalda y las plantas de los pies y le dio puñetazos y patadas con unas botas de puntera. Posteriormente, la agarró del pelo y la arrojó fuertemente contra el suelo, hasta que la niña quedó inconsciente. Eran las 13.00 horas.

Iván Pardo intentó reanimarla, según el jurado, pero no avisó a los servicios de emergencias y sin permitir que lo hicieran las dos menores que presenciaron los hechos, primas de la víctima. Sobre las 15.30 horas fue atendida la pequeña Naiara por los servicios de urgencias de una parada cardiorespiratoria, siendo trasladada en helicóptero al hospital Miguel Servet de Zaragoza. Su estado era extremadamente grave.

Con respecto a la abuelastra, el jurado señala que no hizo nada para evitar las acciones de Iván, mientras que considera que el padrastro de Naiara es culpable porque no rechazó los malos tratos anteriores, que conocía a través de grabaciones y comentarios que le enviaban a través de Whatsapp.