La Sección Penal de la Audiencia de Badajoz condenó ayer a cuatro hombres de nacionalidad georgiana que formaban una banda organizada que cometió 44 robos en julio de 2019 --según señaló entonces la policía-- en Badajoz y provincia, y que permanecen en prisión desde agosto de ese mismo año. Han sido condenados por los delitos de robo con fuerza continuado, evasión de capitales y constituir un grupo criminal. El tribunal les impuso 6 años de prisión y el pago de 30.000 euros a cada uno, y decretó su expulsión del país una vez cumplidos 2 años.

La expulsión se debe a que «son ciudadanos extracomunitarios y la pena mayor de 5 años», explicó el abogado defensor, Fernando Fontán. La sentencia fue dictada in voce por el presidente del tribunal en la sala de vistas, tras alcanzar un acuerdo de conformidad la Fiscalía y la defensa.

El acuerdo se cerró al admitir los acusados los hechos, renunciando su abogado a la petición de absolución o alternativamente penas por el delito de receptación, y la Fiscalía rebajar la pena que solicitaba inicialmente, de 9 años y medio --7 y medio por robo y 1 más por cada uno de los otros dos--, a 6 años en total --5, más 1 por los otros dos--, explicó el defensor. Y prohibición de volver a España.

Al ser ciudadanos extracomunitarios, sin antecedentes en España y decretarse su expulsión una vez que cumplan dos años de prisión, los cuatro quedarán libres en su país cuando salgan de la cárcel, dentro de nueve meses. «Han manifestado estar arrepentidos y por eso se ha logrado la conformidad», dijo su abogado.

Varias poblaciones

Los robos fueron cometidos en su mayoría en Badajoz, pero también en otras poblaciones de la provincia, como Zafra, Villanueva de la Serena, Don Benito, Almendralejo y alguno en Cáceres, teniendo su base de operaciones en Mérida, desde donde se movían.

Los ahora condenados se dedicaban a cometer robos en domicilios, «siempre asegurándose de que no había nadie dentro; nunca utilizaron la violencia», señaló Fontán. Y que «llamaban a los telefonillos para asegurarse de que estaban vacíos; después abrían las cerraduras por el método llamado bumping, sin necesidad de forzarlas», y una vez dentro, robaban dinero y joyas, que en ocasiones los dueños tardaban un tiempo en echar de menos.

En Badajoz cometieron robos en distintas viviendas a veces de los mismos edificios, algunos de ellos en Valdepasillas, en Somoza Rivera o en Pintor Juan Barjola.

Los ahora condenados fueron detenidos por la policía a principios de agosto de 2019, a partir de que subieran a una red social una foto de los cuatro comiendo en un restaurante, en Mérida. Ello permitió que uno fuera reconocido, pues el propietario de una de las casas robadas los vio en la escalera del edificio y le llamó la atención, lo que le hizo revisar el estado de su vivienda. Otro hombre, víctima de un robo en su casa, detectó que la puerta no estaba cerrada con doble vuelta como él la dejó; revisó sus cosas y echó en falta algunas, por lo que denunció, según explicó Fernando Fontán.