Se encontraba ingresado en la planta de Pediatría del hospital San Pedro de Alcántara, donde estaba siendo tratado de unas quemaduras que había sufrido. A su cargo estaba su padre, que quería a toda costa que el bebé, de solo año y medio, se durmiera porque quería ausentarse de la habitación. Como no lograba que el pequeño conciliase el sueño comenzó a dirigirle gritos e insultos de forma muy agresiva. Le dijo, tal y como recoge la sentencia, «hijo de puta, cabrón, duérmete ya».

A continuación, como el progenitor no conseguía su cometido, comenzó a ponerse muy nervioso, a gritarle que se durmiera de una vez mientras le propinaba dos fuertes bofetadas en las mejillas. El niño empezó a llorar desconsoladamente, llegando a vomitar del sofocón. Enseguida acudieron las enfermeras, que pudieron comprobar las marcas de los dedos de su padre en la cara del bebé. La madre, que ha renunciado además a una indemnización, no denunció la agresión pero los servicios sociales actuaron de oficio. Lo hechos tuvieron lugar en el mes de agosto del 2018 y a consecuencia de los golpes el bebé sufrió lesiones consistentes en un eritema en ambas mejillas, que tardó en curar un día. No le ha dejado secuelas físicas.

LA PENA / Ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal 2 a 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad, con la privación del derecho de tenencia y porte de armas durante un año. Se le ha retirado además la patria potestad durante seis meses y no podrá aproximarse a él durante el mismo periodo de tiempo, por un delito de lesiones en el ámbito familiar.

El Ministerio Público solicitaba en su escrito de acusación que fuera condenado también a siete meses de prisión por estos hechos. Además que la retirada de la patria potestad fuera durante un periodo de dos años y la prohibición de aproximarse a su hijo por un tiempo de tres años. Solicitaba asimismo una indemnización para el menor de 2.000 euros por el daño moral y el prejuicio sufrido a causa de los insultos y de las lesiones. Finalmente la condena ha sido menor al haberse acordado entre las partes y reconocer el acusado los hechos. La sentencia es firme al haberse dictado por conformidad entre las partes.