Parece una historia de película, por lo que ocurrió y lo que se rumoreó, sobre todo a través de las redes sociales. Lo cierto es que lo que parecía inicialmente un intento de secuestro de una niña a la salida de un colegio fue realmente una agresión, por una mujer que padece un trastorno mental, según señaló el ayuntamiento, y con otra como protagonista, la que ayudó a detenerla.

La directora del centro escolar al que acude la niña confirmó ayer a este periódico que «fue una agresión, eso es lo que ha puesto la madre en la denuncia». Los profesores no se enteraron de nada, ya que no ocurrió en el centro educativo sino cerca de la puerta del parque de Los Pinos, en la avenida de Extremadura. Ocurrió el lunes, nada más abandonar el centro y, según contó la madre a la directora, «ella estaba metiendo en el coche a otro hijo cuando llegó una señora por la acera como desencajada, dando voces y diciendo cosas sin sentido. Parece ser que agarró a la niña y empezó a zarandearla y entonces la madre fue hacia ella y le dio con el bolso para que soltara a la niña. Lo hizo y fue ella misma la que se la devolvió a la madre».

Por eso, la madre no ha denunciado un intento de secuestro, porque «no lo ha sido. No intentó llevársela».

Lo cierto es que la mujer siguió su camino y llegó hasta la altura de Pablo Iglesias. En la parada de autobús, la otra mujer protagonista, vio a un policía local en un coche patrulla que se bajó del vehículo y habló con una mujer. «Ella, como loca, le empujó y le dio un puñetazo». Como conocía al agente, se acercó a él y le preguntó qué sucedía y «me dijo que la mujer había intentado secuestrar a una niña en el colegio. Él llamó para pedir refuerzos y yo me fui tras ella sin pensármelo».

La interceptó, e intentó retenerla. Según su testimonio, en ese momento volvió a aparecer el policía y la mujer «le volvió a dar un empujón y a mí también me dio otro. El agente me dijo que, como era una mujer, no la podía tocar, así que yo no me lo pensé. La agarré de los brazos, la empujé contra un coche y se cayó al suelo y ahí la sujeté para que el policía pudiera esposarla».

Todo terminó con la llegada de varias dotaciones policiales y dos agentes femeninas que se llevaron a la mujer detenida. Según informó ayer el ayuntamiento, se trata de una persona con una enfermedad mental.

Pasada la experiencia, la mujer que ayudó a detenerla, que ha hecho cursos de autodefensa, reconoce que no se lo pensó a la hora de ayudar al agente y que todo ocurrió «muy rápido».