Ocho años de internamiento en un centro es la condena que debe cumplir una mujer acusada de intentar acabar con la vida de su marido cortándole el cuello con un cúter. Durante ese periodo no podrá salir a la calle. Los hechos fueron calificados como asesinato en grado de tentativa pero, tal y como publicó este diario la semana pasada, la investigada ha conseguido eludir la cárcel porque padece celotipia, un trastorno psiquiátrico ocasionado por los celos. La enfermedad ha sido confirmada por un informe médico forense, que la considera inimputable debido a que su conducta «se encuentra imbricada en el contexto delirante, por lo que sus facultades cognitiva y volitiva estarían anuladas». La enfermedad ya le había sido diagnosticada antes, cuando había sufrido brotes por los celos. Tenía incluso cámaras en casa para controlar a su marido.

En el centro en el que permanecerá se le ofrecerán terapias psquiátricas y psicológicas así como para recuperarse de la paraplejia que padece (tras intentar asesinar a su marido se arrojó por una ventana, quedando en silla de ruedas). Los hechos ocurrieron en octubre del 2017. Ella lo preparó todo para que pareciera que quería mantener un encuentro íntimo con su marido en el salón, pero entre los cojines del sofá escondió un cúter. En un momento ella le pidió que se pusiera de espaldas y aprovechó para clavárselo hasta cuatro veces en el cuello. Le provocó heridas incisas en esa parte del cuerpo y en la región cervical. Mientras su marido llamaba al 112 ella se dirigió a la cocina con la intención de tirarse por la ventana. Él intentó impedirlo pero finalmente cayó a la calle.

La Audiencia Provincial de Cáceres celebró ayer la vista en la que las partes (Ministerio Público, acusación particular y la defensa de la investigada) acordaron la pena. La mujer permanecerá interna en un centro adecuado al trastorno que padece hasta que logre curarse, un máximo de ocho años. Después de ese tiempo deberá cumplir una orden de alejamiento de cinco años. En estos ocho años tampoco podrá comunicarse con el hijo que ambos tienen en común (tenía diez años cuando ocurrieron los hechos) sin una persona que supervise los encuentros. Pagará además a su exmarido 34.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

DAÑOS MORALES / La acusación particular finalmente ha renunciado a los 50.000 euros que solicitaba por los daños morales y psicológicos sufridos. «Mi cliente aún se está recuperando, no solo de la tentativa de asesinato sino del maltrato que ha sufrido durante los 15 años de matrimonio», dijo ayer el letrado que representa a la víctima, Ángel Luis Aparicio. La acusada permanece ingresada en un centro desde que ocurrieran los hechos y su evolución es «muy favorable», según afirmó ayer su abogado, Juan José Jiménez Bustamante.