"Vi a un hombre que llevaba toda la mañana merodeando por las inmediaciones del bar, llamé a mi pareja para decirle que no me fiaba y cuando se fue un cliente, entró, le pregunté qué le pongo y me dijo dame el dinero que tengas. Creí que era una broma, pero sacó una pistola, me apuntó e insistió: dame el dinero si no quieres tener problemas, y el monedero también; me insistió en esto, y le di 100 euros en billetes de la caja y el monedero, donde llevaba unos 1.100 o 1.200 euros para pagar a los proveedores". Así cuenta Nuria Iglesia, de 32 años, propietaria del bar El Esquinazo, situado en la barriada de Llera, en Badajoz, cómo fue víctima de un atraco este martes, a punta de pistola.

El suceso tuvo lugar hacia las 11.40 horas de hoy, cuando Nuria Iglesias estaba sola en el bar, después de que saliera "un cliente que se tomó una caña". Es el segundo atraco en un establecimiento de hostelería que se produce en tres días, después del perpetrado el pasado lunes en el Bar Méndez, de San Roque; en este el ladrón amenazó al dueño, poniéndole un cuchillo en la nuca.

La propietaria de El Esquinzo, que regenta desde hace un año y medio y que dice que "estoy por cerrar; entre la situación por el covid y que me han robado ya dos veces, me lo estoy pensando", ha manifestado, pues, el establecimiento fue objeto de otro robo "hace dos meses, estando cerrado, hacia las 5.00 de la madrugada", señala.

Iglesias explica que "yo lo he estado viendo --al ladrón-- toda la mañana merodeando por las inmediaciones del bar, se asomaba, se iba; y hacía cinco minutos que había hablado con mi pareja, porque lo llamé para decirle que había un hombre que no me gustaba".

Tras salir, el cliente que estaba dentro tomando una cerveza, entró el ladrón, "de unos 40 años, pelo corto, con un mono blanco de pintura" y le preguntó "qué pongo; él me dijo el dinero de la caja; al principio creí que era una broma, porque estaba tranquilo, nada alterado, e insistí, pero sacó una pistola, me apuntó y dijo que le diera el dinero si no quería tener problemas, y el monedero; insistió en el monedero", relata Nuria Iglesias lo sucedido.

Le dio "cien euros en billetes que había en la caja y el monedero, donde tenía unos 1.200 o 1.200 euros, porque llevo dinero para pagar a los proveedores", y el ladrón se marchó, conminándola a que "me tirara al suelo y no saliera a perseguirlo porque me pegaría un tiro; estuve en el suelo unos minutos y llamé a la policía, pero seguí tirada hasta que entraron unos clientes y me preguntaron; luego llegó la policía enseguida".

Una clienta, "que sabe que tengo tres hijos y que una está mala, creía que le había pasado algo y estaba tan nerviosa". Después llamó a un empleada "y fui a poner la denuncia".