El bailarín y coreógrafo Rafael Amargo ha asegurado que Dionisio, que estrenará en el Festival de Teatro Clásico de Mérida el 16 de julio, será su penúltimo espectáculo, a la vez que ha reclamado más ayudas para que, como es su caso, “no haya que pedir un préstamo o hipotecar una casa” para hacer cultura.

Durante una entrevista con Efe en Sevilla, donde esta noche lleva al Cartuja Center su espectáculo Íntimo, Amargo ha dicho que “no se puede decir que vaya a ser el último”, pero sí ha entendido que tiene que pensar en una nueva etapa en su vida profesional, tras 25 años en primera línea, “y siempre afrontando todo lo que hago desde la gestión privada, arriesgando y dando trabajo a gente”.

“Cada vez que hago una producción de 300.000 euros, o tengo que tirar de inversión privada, de pedir un préstamo a un banco o de hipotecar mi casa, y eso no se puede mantener siempre”, por lo que entiende que las administraciones tienen que apostar no sólo por apoyar el “debut y despedida”, sino por ayudar a que se mantengan obras de calidad en los carteles.

Por eso, sostiene que está preparando su “penúltimo ballet, lo próximo que haga va a ser en otro sitio”, por lo que, preguntado sobre qué le queda en su vida profesional, habla de la personal, para subrayar que está “empeñado en trabajar la parte como padre, que es una responsabilidad y una profesión a la vez”, recordando que tiene dos hijos, de 14 y 11 años.

Así, cita que “hay un repertorio que tengo del que debería hacerse cargo alguien”, aunque de momento habla con suma ilusión de Dionisio, un espectáculo que va a llevar al festival de Mérida durante dos días consecutivos “en el que me lo paso pipa, con la historia del dios de los placeres, un espectáculo en 3D con toda la piedra como pantalla o cabezas gigantes de cinco metros que emulan la conciencia del dios”.

Supone su vuelta a las producciones de grandes dimensiones, tras seis años dedicado a proyectos más pequeños de cine, televisión y teatro, interpretando al dios de la fertilidad y el vino, “un ser mágico, complejo, manipulador, emocionante y uno de los más grandes de la mitología griega”.

Antes de eso, en el impresionante espacio del Cartuja Center sevillano, Amargo protagoniza durante dos noches ‘Íntimo’, un recital flamenco que reúne los aspectos más puristas de este arte junto a un concepto contemporáneo que siempre está presente en las coreografías del bailaor, recogiendo el significado de su título, porque es “flamenco puro, en esencia, despojado de todo aditamento escénico, música y baile al servicio de la máxima expresión de este arte”.

Se trata de una producción en la que “lo importante no es la cantidad, como su propio nombre indica, pero que tiene números muy bien cuidados como hilo conductor que es la música”, concebido para dos bailaoras que en Sevilla serán cinco, “porque aquí tengo muchos amigos y amigas, gente que invito al espectáculo”, con

Sandra Hita y Mara Martínez entre las bailaoras, y la voz de Mayte Maya, “cantando, haciendo flamenco sin trampa ni cartón, y si invocamos al duende y viene, mucho mejor”.

Flamenco en directo “y por derecho”, baile al son de distintas piezas y una escenografía compuesta por una hilera interminable de sillas completan la magia en el escenario para sus dos citas en Sevilla.

Para Rafael Amargo, “es una maravilla que la gente vaya a ver flamenco, que nunca va a pasa de moda, es mi arte, y cada día lo quiero más”, para destacar, entre otros, el trabajo que realiza el onubense Arcángel, “que todo lo hace bien, que aporta mucho”, mientras que en el baile muestra su admiración por Sara Baras, “que todo lo hace perfecto”.