Ecléctico. Ese es el adjetivo que mejor define al cuarto montaje de la 65 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida que se podrá ver tan solo hoy, día de su estreno, y mañana. Esta semana, el certamen emeritense se centra en la disciplina de la danza fruto del compromiso que ha asumido a la hora de intentar abordar todas las disciplinas de las artes escénicas. El espectáculo que inaugurará estos siete días tan especiales es Dionisio, que llega de la mano de la compañía de Rafael Amargo. En teoría, el bailarín y coreógrafo granadino ya estrenó esta función el verano pasado en Málaga, pero la ha rehecho prácticamente por completo atendiendo a la exigencia que impone un festival de este calado.

Jesús Cimarro, director del certamen y el primero en utilizar el término ‘ecléctico’ para describir este espectáculo, también destacó ayer en la presentación del montaje el protagonismo que tiene la música gracias a la colaboración de artistas de la talla de Idan Raichel, cantante israelí invitado en la última edición de Eurovisión, o Alfred García, ‘extriunfito’ y representante de España en 2018 en el mismo festival. Tampoco quiso pasar por alto las proyecciones audiovisuales que contribuirán a darle grandiosidad al teatro romano para que «luzca como tiene que lucir». La consejera de Cultura de la Junta de Extremadura, Nuria Flores, no empleó la palabra estrella, pero sí que aludió a su significado recalcando la fusión que Dionisio hace del flamenco, la danza contemporánea, la palabra y la imagen.

Quien sí secundó la propuesta descriptiva de Cimarro fue el propio Rafael Amargo, asegurando que ecléctico es el adjetivo que mejor define a un espectáculo que pasa del bien al mal y del amor al odio en cuestión de segundos. Hasta 40 personas intervendrán en este montaje en el que el propio artista andaluz hace de Dionisio. Antonio Albella, actor que interpreta a Zeus, padre de Dionisio, llegó a asegurar que el papel del dios griego del teatro, las fiestas, el vino y los excesos es el papel de la vida de Amargo, tanto por su faceta de bailarín como por la de coreógrafo, director y persona. Al intérprete madrileño se le añaden otros artistas como Rafael Moraira, autor de la propia obra que también representa a Tánatos, o Cecilia Sarli como Ariadna, el personaje mejor resuelto de la obra, según Amargo, debido a lo bien que soporta esta actriz argentina la gran carga dramática que recae sobre ella. Un cartel muy diverso que llevará a cabo una obra basada en cuatro vértices fundamentales: la lujuria, el éxtasis, la fiesta y el vino, todo ello mezclado con la relación antagónica que Dionisio mantiene con su hermano Apolo, el dios del sol y de la belleza.