El legendario episodio piloto de Expediente X brotaba, directamente, del macabro hallazgo del cadáver de Laura Palmer. La ambientación boscosa de la serie, la elegante puesta en escena, así como la intriga sobrenatural y el aire conspiranoico fueron la carta de presentación de una de las consideradas grandes series de la década de los 90. Todo un clásico, sin duda.