Roseanne Barr sigue pidiendo disculpas por su tuit racista sobre la exasesora de Barack Obama Valerie Jarrett, que ha obligado a la cadena ABC a fulminar la exitosa comedia Roseanne. No solo ha dicho que fue «un mal chiste» y «una broma de mal gusto». Ahora la actriz reconoce en Twitter que las «pastillas de dormir». El fármaco, llamado Ambien, fue el causante de sus palabras racistas e islamófobas, en las que aludía a Jarret como «hija de los Hermanos Musulmanes» y «El Planeta de los simios».

«Chicos, hice algo imperdonable, así que no me defendáis. Eran las dos de la mañana y estaba tuiteando bajo los efectos del Ambien. Cometí un error atroz, desearía no haberlo hecho…», decía la actriz. Y añadía: «No sé si lo has visto, pero quería pedirte disculpas por herirte con un tuit insensible. Lo siento, toda mi vida ha sido una lucha contra el racismo. Cometí un terrible error que causó que cientos de personas perdieran sus trabajos».

Poco después de conocerse la cancelación de la serie, John Goodman, que interpreta al marido de Barr, fue visto cabizbajo paseando a su perro por Nueva Orleans. El actor, de 65 años, no quiso hacer declaraciones.

El presidente de Estados Unidos, el ultra Donald Trump, salió en defensa de la actriz defenestrada, una de las pocas voces en Hollywood que le apoya de forma entusiasta. Lo hizo de forma implícita, al denunciar la supuesta hipocresía del consejero delegado de Walt Disney, el conglomerado mediático propietario de ABC, la cadena que emitía la exitosa serie Roseanne hasta que un tuit racista la condenó a los infiernos.