--Sorprende que, en plena crisis y con las teles fusionándose, Fox estrene un canal de pago.--Son diferentes la tele en abierto y el negocio del pago; y en esta última hay un gran crecimiento en todo el mundo. Como BSkyB, plataforma con más de 350 canales y sigue siendo rentable. Sí, hay crisis pero afecta principalmente al mercado publicitario y a las teles que viven de ella, y quizá menos a la de suscripción.

--¿Estamos viviendo la edad de oro de la televisión de pago?--Más bien diría que hay una equiparación con los países más desarrollados en el pago, donde la penetración ya llega al 85%. De hecho, es la única forma de financiar productos de calidad y mantener la maquinaria de los estudios que lo hacen posible.

--¿Porqué se decide la gente a pagar por ver la tele?--Es una ecuación de valor. La tele en abierto es buena, y ahora hay más oferta, pero la aportación de contenidos nuevos y de gran calidad es difícil de realizar, ya que, además de la recesión de la publicidad, está la segmentación del mercado.

--Y aparece Fox Crime---Sí, pero hemos tenido muy en cuenta a la plataforma por la que emitimos, la oferta que existe y los huecos en posicionamiento y contenidos. Además, Fox Crime llega avalada por la gran aceptación que tiene en otros países. Creemos que hay un hueco para este producto, y para otros. Nos encantaría hacer un canal Fox Life dirigido a la mujer, que ya hacemos en muchos países. Y en documentales, nos gustaría lanzar National Geographic Wildlife. Aunque ya veremos cuándo, porque ahora no es el momento más boyante. Pero ya saldremos de la crisis y espero tener no menos de cuatro canales de entretenimiento.

--Parece que vende más el género negro que la comedia.--Fox es una empresa internacional y hace un posicionamiento global, y la comedia es más local: el humor no viaja tan fácil como la ficción.

--¿Cuál es secreto de Fox para ser líder en el pago en España?--Es tan sencillo como que es la esencia de la tele de pago: seleccionar un posicionamiento dentro de una oferta, definir muy bien los contenidos y hacer un márketing acorde con el producto. El salto conseguido en España y que es un modelo a seguir, es conectar con tu espectador. Y eso es más que un buen contenido, es que aprecien el valor añadido que da la marca, que la relacionen con un tipo concreto de contenidos. Vamos, ser casi un prescriptor.

--¿Cómo es el público de Fox?--Nos dirigimos a jóvenes de 18 a 35 años, que en el negocio de las plataformas es el más difícil de conquistar. Son pushers , que se suscriben y empujan a la suscripción a su entorno. Son personas que demandan contenidos de calidad, que ven poco la tele, pero cuando lo hacen quieren algo específico y bien definido. Por eso es importantísimo para nosotros, para poder incluir un valor añadido, ofrecer primicias.--¿Y cuántos pushers

pushers

--¿Y cuántos tienen?--Solo con Fox aportamos a la tele de pago el 10% del grupo objetivo de 18 a 35 años, por lo que somos líderes. En cuanto a series, tenemos picos tan significativos como los de House , con más de 450.000 personas en su estreno, y de Perdidos , con 268.000.

House Perdidos

--¿Existe una obligación legal de que dé ficción española?--Hasta ahora la directiva comunitaria no nos obligaba a hacer inversiones, porque no emitimos cine. Pero esperamos la nueva ley del audiovisual. Entendemos que, como canales temáticos, somos diferentes: no funcionamos con licencias, ni somos competencia con la tele en abierto. Considero que limitar el poder ofrecer un buen contenido con cortapisas administrativas no es bueno para la industria ni para el consumidor. Perjudica la competitividad y la satisfacción del consumidor.

--¿La publicidad en la tele de pago está creciendo?--Siempre han existido cortes y existirán. El negocio de la producción está tan desarrollado en la tele comercial que los guiones de las series se estructuran con los cortes publicitarios. Y si hacemos cosas diferentes vamos a matar la esencia de la creatividad. Hay que diferenciar entre tele de pago básico, que combina abonados y publicidad, y la premium. Aceptamos publicidad, pero en pequeña proporción y para seguir aspirando a buen producto y a financiarlo.