La fulminante cancelación del contrato de la cadena ABC con la cómica Roseanna Barr, por unos tuits racistas de la conocida artista estadounidense, ha tenido su fiel reflejo en la ficción televisiva con el estreno el pasado martes, 16 de octubre, de The Conners, nueva comedia en la que vuelven todos los protagonistas y personajes de la exitosa serie Roseanne excepto, claro está, la que era su protagonista principal. Y su desaparición de la trama se ha justificado sin ambages: los guionistas han literalmente matado a Roseanne Barr.

Así, una de las familias más conocidas de la tele de EEUU ha regresado sin su matriarca quien, según el guion de The Conners, ha muerto a causa de una sobredosis accidental de opiáceos. De hecho, los millones de seguidores que tenía Roseanne antes de su cancelación (el pasado mes de mayo) ya sabían que el personaje era adicta a los opiáceos, provocado por su dolor crónico de rodilla.

La forma en que ha sido eliminada de la nueva trama de la serie no ha gustado nada a la finada quien, tras el estreno de The Conners, hizo público un comunicado en el que «lamentaba» la forma en que la ABC había decidido cancelar Roseanne, ya que da «una dimensión sombría y morbosa innecesaria a un espectáculo familiar que debería ser alegre».

En el primer episodio de este spin off de Roseanne, la familia Conner intenta asimilar la muerte de Roseanne por lo que en un principio parecía un ataque al corazón. Luego se desvela que fue por una sobredosis de opiáceos: la familia descubre que Roseanne había estado escondiendo analgésicos por toda la casa, drogas que obtenía de un círculo de amigos que compartían medicamentos.

Aunque esta salida de Roseanne de la nueva etapa de la serie pueda parecer especialmente cruel, el problema de los opiáceos es un tema muy actual en la sociedad estadounidense: la adicción a opiáceos (en su mayoría analgésicos recetados), heroína y fentanilo ha alcanzado proporciones epidémicas en EEUU. Según los centros para el control y la prevención de enfermedades de EEUU, los opiáceos provocaron más de 49.000 muertes el año pasado.

La primera etapa de Roseanne, que se emitió entre 1988 y 1997, fue uno de los grandes éxitos de la televisión estadounidense, por su divertida (y muy real) plasmación del día a día de una familia de clase trabajadora estadounidense. En 2018 Rosseanne Barr y la ABC llegaron a un acuerdo para resucitar la comedia. Y fue un gran acierto: estrenada el pasado mes de marzo, la nueva ‘Roseanne’ logró una media de 18 millones de telespectadores.

Pero la felicidad duró poco. El posicionamento político de Roseanne a favor de las contundentes políticas de Donald Trump le jugaron una mala pasada: un tuit racista e islamófobo de Roseanne sobre una antigua asesora negra de Barack Obama, Valerie Jarrett (la comparó con un mono ) provocó una dura reacción de la cadena ABC: lo calificó de «abominable, repugnante e inconsistente con nuestros valores». Tras este comunicado oficial, la cadena canceló la serie y rompió su contrato con Roseanne Barr.

UNA CAMA VACÍA / Aunque Barr se disculpó y dijo que el tuit era político, no racista, aceptó la cancelación de su show. Protagonizada por los actores originales de Roseanne (John Goodman, Laurie Metcalf y Sara Gilbert), The Conners cerró su primer episodio de este martes con un tono agridulce: Dan (Goodman) regresa al lecho matrimonial por primera vez en las tres semanas posteriores a la muerte de Roseanne y extendie su brazo hacia una almohada vacía a su lado. La de Roseanne.